El Verdadero Amor

Él la toma en sus brazos y la besa como si no existiese el mañana, mientras que ella, un poco tímida, desea que ese momento nunca llegue a su fin… ¿No es exactamente eso lo que toda mujer desea en este mundo? Obviamente, muchas personas dicen que esto sólo sucede en las películas y en las novelas, pero en el fondo, todas desean ser alcanzadas por el amor, al menos una vez en la vida; en cuanto a eso, hay aquéllas que viven en su búsqueda en todas las relaciones que tienen – e incluso lo encuentran, pero luego lo pierden de nuevo.

Yo conocí el verdadero amor por primera vez a través del matrimonio de mis padres. Vivían como si estuviesen en plena luna de miel. Uno no conseguía  estar lejos del otro, especialmente mi padre que, aunque fuese un hombre fuerte y duro, parecía incompleto siempre que se encontraba sin su otra mitad. Después de 35 años de matrimonio, todavía están completamente enamorados y es cada vez más difícil que se quede uno lejos del otro. Observaba su relación desde muy cerca y, después, empecé a desear de todo mi corazón tener lo mismo que ellos tenían.

Podemos afirmar que el amor verdadero no se encuentra en cada esquina o en toda relación – no porque las personas no lo quieran, sino porque ellas, realmente, no lo conocen. Las personas piensan que el amor consiste en recibir, conquistar, llenarse y beneficiarse de él, mientras que el verdadero amor es exactamente lo opuesto de todo eso.

El verdadero amor consiste en dar y no esperar nada a cambio; es paciente y nunca busca sus propios intereses. Muchas jóvenes hacen de todo para poder decir que tienen un novio.  Muchas mujeres llegan al punto de iniciar relaciones que no tienen ningún futuro sólo para poder tener un hombre con quien pasar las noches. Mujeres solteras se quedan embarazadas solamente para realizar el deseo de ser madres. Infelizmente, ése es el único tipo de amor que muchas personas conocen, el amor que sólo quieren para sí, que pide, exige, saca provecho, recibe y que siempre acaba por complicar la vida de muchos. Esas personas no piensan en nadie más que en sí mismas.

Cuando Dios dio a Su Hijo, Él no tenía la intención de asumir el control de las personas, pero lo entregó simplemente para beneficiarlas, para que pudiesen ser salvas. Esto sí es amor verdadero: Dar sin saber si se va a recibir algo a cambio. Él es incondicional, no importa lo difícil que la situación se vuelva, es real y nunca se acaba.

Podemos definirlo así: “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen” (Mateo 5:44). Solamente el verdadero amor puede tener una actitud como ésta en un mundo donde las personas se odian por cualquier cosa.  Solamente aquéllos que conocen el verdadero amor consiguen amar a Dios de verdad.  Las personas buscan a Dios por varios motivos y piensan que Lo aman, pero la verdad es que tienen una agenda llena de compromisos y Dios tiene la “obligación” de cumplir lo que prometió en sus vidas.

¿Por qué es tan difícil entender el verdadero amor? ¿Por qué no es más popular y más accesible? Simplemente porque no es fácil y son poquísimas las mujeres que están dispuestas a pagar el precio de la renuncia y del sacrificio a favor de otras personas, se sirven a sí mismas y, por eso, no pueden y nunca encontrarán el verdadero amor.

Mi primera experiencia con el verdadero amor fue cuando conocí a mi Señor y, desde entonces, Él ha estado siempre conmigo.  No tengo palabras para describir tan gran amor. Solamente cuando tú Lo encuentres podrás entenderlo y dar.

Continuará…

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Autor: Cristiane Cardoso

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