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La séptima trompeta

La séptima trompeta

“El séptimo ángel tocó la trompeta, y se levantaron grandes voces en el cielo, que decían: El reino del mundo ha venido a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, el que eres y el que eras, porque has tomado tu gran poder y has comenzado a reinar”. — Apocalipsis 11:15-17.

En vez de juicios y flagelos inmediatos, el sonido de la séptima trompeta es seguido de una previa del tan esperado final de la historia humana: nuestro Señor Jesús, finalmente, asume los reinos de todo el mundo y pasa a reinar soberano en esta Tierra. Hasta entonces, el mundo venía siendo regido por satanás, desde que Adán y Eva le entregaron la autoridad que habían recibido de Dios. Cuando el Señor Jesús vino la primera vez, rescató ese dominio de las manos del diablo y se lo entregó a Su Iglesia. Aquellos que viven de acuerdo con Su Palabra tienen autoridad sobre todo el poder del mal.

Por ahora, la iglesia ha sido el Reino de Dios en la Tierra. Pero, después de la séptima trompeta, nuestro Señor tomará posesión legal de todo el mundo. La oración del Padre Nuestro “venga Tu reino” finalmente será respondida. Esta alabanza en el Cielo es un preanuncio de lo que vendrá, pues Jesús solamente asumirá los reinos de este mundo a partir de capituló 19:11. Es una visión futura.

“Y las naciones se enfurecieron, y vino tu ira y llegó el tiempo de juzgar a los muertos y de dar la recompensa a tus siervos los profetas, a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”. — Apocalipsis 11:18.

Este es el período de los últimos tres años y medio de la Gran Tribulación, al cual el Apocalipsis se refiere como el tiempo de la “ira de Dios”. El mundo estará hirviendo de enojo contra Dios, pues erróneamente Lo culparan de todas las desgracias en la Tierra. Pero este texto dice claramente quién ha destruido la Tierra: sus propios habitantes. El gran error del ser humano es culpar a Dios por los males causados por sus propias acciones.

Estas malas obras no quedarán impunes. La ira de Dios enseguida comenzará a ser derramada por medio de las siete copas, y el mundo verá con quién de hecho está lidiando. Los muertos serán juzgados. Los que murieron en Jesús, pequeños y grandes, serán recompensados. Dios ha preparado un galardón diferenciado para los Suyos, según el nivel de fe, servicio y entrega de cada uno. Note que son citadas tres categorías de salvos: los siervos profetas, los santos y los que temen el Nombre del Señor. La salvación es por la fe y para todos los que creen, pero el galardón será por méritos. También serán juzgados los que practicaron la corrupción y la injusticia contra los hijos del Altísimo. Su sentencia incluirá tormentos y dolores por toda la eternidad, pues así lo prefirieron cuando rechazaron la Ofrenda de Dios, Su Propio Hijo.

“El templo de Dios que está en el cielo fue abierto; y el arca de su pacto se veía en su templo, y hubo relámpagos, voces y truenos, y un terremoto y una fuerte granizada”. — Apocalipsis 11:19

Este capítulo comienza con el templo en la Tierra y termina con el templo en el Cielo. Aparece abierto con libre acceso al Arca del Pacto. Esto representa la obra del Señor Jesús que, por Su sacrificio, le da el derecho a cualquier persona a entrar en la presencia del Dios Padre, sin necesitar a terceros. Este mensaje no les interesa a las religiones, que viven monopolizado a Dios a costa de la ignorancia de las personas.

Continuará…

Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego 
Autor: Obispo Renato Cardoso

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